Diario de Viaje: Cabo de Gata – Donde el Mediterráneo Abraza la Tierra Volcánica
Llegada al Paraíso Natural
El sol de junio nos recibió con su cálido abrazo cuando llegamos al Camping Los Escullos, nuestro refugio durante esta aventura andaluza. Situado a apenas 200 metros de la playa homónima, este camping nos sorprendió por su perfecta integración en el entorno protegido del Parque Natural. Las instalaciones, modernas pero discretas, incluían:
- Piscina natural con vistas al mar
- Zonas de sombra bajo pinares autóctonos
- Restaurante con terraza panorámica
Primer Contacto con la Naturaleza
Nuestra primera exploración fue la Playa de Los Escullos, una bahía de arena dorada flanqueada por imponentes acantilados volcánicos. Datos prácticos:
- Longitud: 1,2 km
- Profundidad: progresiva, ideal para familias
- Servicios: chiringuito y alquiler de kayaks (15€/hora)
Por la tarde, descubrimos el Arrecife de las Sirenas, formación rocosa que emerge del mar como un conjunto escultórico natural. El mejor momento para visitarlo es al atardecer, cuando la luz dorada transforma el paisaje.
San José: El Corazón de Cabo de Gata
El segundo día lo dedicamos a explorar este encantador pueblo blanco. Nuestro recorrido incluyó:
- Centro de Visitantes Las Amoladeras (entrada gratuita): donde aprendimos sobre la geología única de la zona
- Mercado de productos locales: destacamos los tomates secos y la miel de palmito
- Cena en «La Gallineta»: su arroz caldoso con bogavante (38€ para dos personas) fue una revelación gastronómica
Ruta de los Faros
Al amanecer del tercer día, emprendimos la ruta costera:
- Faro de Cabo de Gata: construido en 1863, ofrece vistas panorámicas espectaculares
- Mirador de la Amatista: perfecto para avistar aves migratorias
- Calas secretas: accesibles solo a pie (recomendamos calzado deportivo)
Tesoros Escondidos
La excursión a La Almadraba de Monteleva nos mostró otra faceta de la región:
- Iglesia de Nuestra Señora del Carmen: sencilla pero cargada de historia marinera
- Salinas de Cabo de Gata: observamos flamencos rosados en su hábitat natural
- Torre vigía del siglo XVIII: testimonio del pasado defensivo de la costa
Consejos para Viajeros
- Movilidad: El coche es imprescindible para explorar la zona completa
- Temporada: Mayo y septiembre ofrecen temperaturas ideales sin aglomeraciones
- Equipaje: Imprescindible gorra, protección solar y calzado para senderismo
- Gastronomía: No dejar de probar el «pescaíto frito» en cualquier chiringuito playero
Reflexiones Finales
Cabo de Gata nos ha demostrado que aún existen lugares donde la naturaleza dicta el ritmo. Entre baños en calas vírgenes, paseos al amanecer y cenas bajo las estrellas, hemos redescubierto el placer de viajar despacio, saboreando cada instante.
Para nuestro próximo viaje, ya planeamos explorar los senderos submarinos con equipo de snorkel. Pero eso será otra historia… ¿Y tú? ¿Cuándo descubrirás este rincón único del Mediterráneo?
