Dubrovnik, la Perla del Adriático
“Si quieres ver el paraíso en la Tierra, ven a Dubrovnik” — escribió George Bernard Shaw en 1929. Y no exageraba. La antigua Ragusa, república marítima independiente durante 450 años, es hoy una cápsula del tiempo donde cada piedra cuenta una historia de comercio, terremotos, asedios y… sí, también de dragones.
En nuestro itinerario por los Balcanes, dedicamos un día completo a esta joya dálmata. Aquí va el relato detallado, con curiosidades, leyendas y consejos prácticos para que tu visita sea inolvidable.
El Stradun
El Stradun —o Placa en croata— es una calle de 312 metros de mármol pulido de la isla de Brač (el mismo que usaron para el Palacio de Diocleciano en Split). Cada mañana, los operarios lo lavan con agua y jabón neutro; por eso brilla como un espejo.
Curiosidad: El Stradun se construyó sobre un canal que separaba la parte romana (Ragusa) de la eslava (Dubrovnik) en el siglo XII. Lo rellenaron con tierra y piedras en 1468 para unificar la ciudad.
Pide un krafne (donut relleno de mermelada) y un café croata —se sirve en tacita de porcelana con un vaso de agua al lado, tradición veneciana—.
Subida a las Murallas: 1.940 metros de historia andante
Entrada: 250 HRK (≈33 €). Incluye audioguía en español.
Horario: 8:00-19:00 (verano).
Las murallas de Dubrovnik son las más completas de Europa: 1.940 metros de perímetro, hasta 25 metros de altura y 6 metros de grosor en el lado del mar. Se construyeron entre los siglos XII y XVII para proteger a la república de venecianos, otomanos y piratas.
Pile Gate → entrada principal con el puente levadizo original de 1537.
- Fuerte Bokar → el más fotogénico, redondo y con cañones apuntando al mar.
- Torre Minčeta → la más alta (27 m). Sube los 100 escalones: desde aquí se ve Lokrum, la isla maldita (más abajo).
- Fuerte San Juan → protege el puerto viejo. En 1667, durante el gran terremoto, este fuerte se salvó por tener cimientos de madera de roble flexible.
Leyenda: Se dice que en noches de luna llena, las murallas “susurran” en latín. Los guardias ragusanos juraban lealtad con la frase “Non bene pro toto libertas venditur auro” (“La libertad no se vende por todo el oro”). Algunos turistas aseguran haberla oído entre las piedras.
Palacio del Rector y la farmacia más antigua de Europa
El Palacio del Rector (siglo XV) fue la sede del gobierno de la República de Ragusa. Hoy es museo, pero su archivo guarda documentos desde el año 1023.
Dato histórico: Ragusa abolió la esclavitud en 1416, 400 años antes que la mayoría de Europa. El lema del palacio era “Obliti privatorum, publica curate” (“Olvidad lo privado, cuidad lo público”).
A un paso, en el monasterio franciscano, está la farmacia más antigua en funcionamiento de Europa (1317). Vendían theriac, un antídoto contra venenos con 70 ingredientes, incluido polvo de víbora.
Curiosidad: La farmacia aún prepara cremas con rosas de Lokrum (la isla maldita). Según los monjes, curan quemaduras y… amores no correspondidos.
El puerto viejo: ostras y vino de Pelješac
Bajamos al puerto viejo donde se encuentra Proto Fish Restaurant (más de 130 años de historia).
Plato estrella:
- Ostras de Ston (a 60 km), cultivadas en el mismo fiordo desde la época romana.
- Vino Dingač (tinto de la península de Pelješac), con notas de higo y almendra.
Curiosidad: Las murallas de Ston (5,5 km) son las más largas de Europa después de la Gran Muralla China. Se construyeron en el siglo XIV para proteger las salinas —Ragusa exportaba 16.000 toneladas de sal al año—.
Funicular al monte Srđ: vistas de Juego de Tronos y atardeceres épicos
Funicular: 5 minutos, 200 HRK ida y vuelta.
Desde los 405 metros del monte Srđ, Dubrovnik parece un tablero de ajedrez flotando en el Adriático. Aquí se grabaron escenas de Desembarco del Rey (King’s Landing).
Leyenda de Lokrum:
La isla frente a Dubrovnik está maldita desde 1023. Los benedictinos fueron expulsados por el rey Ricardo Corazón de León (que naufragó cerca). Antes de irse, encendieron una vela negra y maldijeron: “Quien posea Lokrum por una noche, morirá antes del año”.
- Napoleón la usó como fortaleza.
- El archiduque Maximiliano de Austria la compró… y fue fusilado en México.
- Hoy es parque natural: pavos reales, conejos y ruinas. Pero nadie pasa la noche.
Paseo por las calles secretas
- Fuente de Onofrio (1438): traía agua desde el río Dubrovacka, 12 km. Tiene 16 mascarones; los locales beben de ellos por tradición.
- Calle Prijeko: paralela al Stradun, llena de talleres de joyería y restaurantes con balcones floridos.
- Sinagoga (siglo XIV): la segunda más antigua de Europa en uso continuo.
Curiosidad: Dubrovnik tuvo una flota de 180 barcos en el siglo XVI. Sus marineros llegaron a India antes que Vasco da Gama.
El fuerte Lovrijenac
El fuerte Lovrijenac (37 m sobre el mar) fue escenario del Trono de Hierro. Según la leyenda, los venecianos intentaron construir un fuerte aquí en 1301… pero los ragusanos lo levantaron en tres meses para impedirlo.
Frase grabada en la entrada: “Non bene pro toto libertas venditur auro” — la misma de las murallas.
Consejos prácticos para tu día en Dubrovnik
- Evita julio-agosto: 15.000 turistas diarios. Mejor junio o septiembre.
- Dubrovnik Card (48h, 300 HRK): incluye murallas, funicular y 8 museos.
- Zapatos cómodos: 4 km de escaleras y adoquines.
- Agua: fuentes públicas potables en toda la ciudad vieja.
- WiFi gratis: red “Dubrovnik Free WiFi” en el Stradun.
Dubrovnik no es solo una ciudad: es una lección de resiliencia.
Sobrevivió a un terremoto que mató a 5.000 personas en 1667, a bombardeos en 1991, y hoy resiste el turismo masivo con la misma dignidad que sus murallas.
¿Te animas a caminar por sus piedras y escuchar sus susurros?
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(P.D.: Si ves a un gato naranja en Stradun, se llama Lord Pescado y es el auténtico rey de la ciudad). 😼
