2020 🇪🇸 Cantabria, Asturias, León, Rivera Sacra, Plasencia

2020 🇪🇸 Cantabria, Asturias, León, Rivera Sacra, Plasencia

Diario de Viaje: Ruta por el Norte de España en 2020 – Naturaleza, Historia y Momentos Inolvidables

Introducción
El año 2020 quedará marcado en la memoria colectiva como un período de incertidumbre, pero para nosotros también fue el año en que redescubrimos la belleza cercana. Con la furgo cargada y el corazón lleno de esperanza, emprendimos un viaje por algunos de los rincones más auténticos del norte de España: Cantabria, Asturias, León, la Ribeira Sacra y Plasencia. Fue un recorrido donde la naturaleza se convirtió en nuestro refugio, y cada parada, en una lección de historia y cultura.


Días 1-3: Cantabria – Donde el Verde Cobra Vida

Nuestro primer hogar fue el Camping El Helguero, un remanso de paz entre prados salpicados de vacas. Cantabria nos recibió con una paleta de verdes que jamás habíamos imaginado: esmeralda en los bosques, jade en los valles y oliva en las laderas.

Comillas fue nuestra primera parada. El Capricho de Gaudí, una joya modernista, nos dejó maravillados. La fachada, adornada con cerámica y formas orgánicas, parecía desafiar la gravedad. (*Entrada: 7€, horario 10:30-20:00 en verano*).

En San Vicente de la Barquera, el aroma a salitre y pescado fresco nos guió hasta el puerto. Desde la playa de Merón, los Picos de Europa se recortaban en el horizonte como un cuadro impresionista.

Santillana del Mar, el pueblo de «las tres mentiras» (ni santa, ni llana, ni tiene mar), nos transportó a la Edad Media con sus calles empedradas y casonas blasonadas. No dejamos de probar los sobaos pasiegos en alguna de sus tahonas tradicionales.

En Santander, el Palacio de la Magdalena nos sorprendió por su elegancia y sus jardines infinitos. Dicen que los niños reales se perdían entre sus senderos, y no nos extrañó.

Y antes de partir, Santoña nos regaló sus famosas anchoas. Compramos tantas latas que el aroma a mar nos acompañó hasta León.


Días 4-5: Picos de Europa – Entre Cumbres y Leyendas

Potes, con sus torres medievales y sus calles adoquinadas, fue el preludio perfecto para adentrarnos en los Picos de Europa. El teleférico de Fuente Dé nos elevó 753 metros en apenas cuatro minutos. Arriba, el viento helado nos recordó que incluso en agosto, la montaña impone sus reglas. (Precio: 18€ ida y vuelta).

El Monasterio de Santo Toribio de Liébana guarda el Lignum Crucis, el trozo más grande de la Cruz de Cristo. Más allá de la fe, el lugar emana una serenidad que invita a la reflexión.

En el Bosque de Secuoyas, los gigantes de 40 metros nos hicieron sentir diminutos. Curiosamente, fue el lugar donde el «distanciamiento social» resultó más natural.

La Ruta del Cares, con sus 12 km de gargantas y puentes colgantes, fue una de las experiencias más impactantes. Las cabras montesas nos observaban con curiosidad, como preguntándose qué hacíamos allí en plena pandemia.


Días 6-7: Asturias – Sidra, Costa y Tradición

El Camping Arenal de Moris, a pocos pasos de una playa salvaje, fue nuestro refugio. El sonido de las olas se convirtió en nuestra nana nocturna.

En Oviedo, el casco histórico nos enamoró, pero nuestro primer intento de escanciar sidra fue un desastre. El charco en el suelo y las risas de los locales nos hicieron sentir parte del lugar.

Gijón nos regaló un baño involuntario en la playa de San Lorenzo, mientras que Cudillero, con sus casas de colores apiladas como un puzzle, nos robó el corazón.

El descenso del Sella desde Arriondas hasta Ribadesella fue la actividad más «normal» del viaje, pero no por ello menos memorable.


Días 8-10: León – Historia, Gastronomía y Camino

Desde el Camping Reino de León, exploramos una tierra llena de contrastes.

La Catedral de León, con sus vidrieras que filtran la luz como joyas líquidas, es una obra maestra del gótico. (*Entrada: 7€, horario 9:30-13:30 y 16:00-19:00*).

En el Barrio Húmedo, el chorizo y la morcilla se convirtieron en una experiencia casi religiosa. No dejamos de parar en Casa Blas para probar sus tapas.

Astorga, con su Palacio de Gaudí, nos dejó perplejos. ¿Era un castillo de cuento o un capricho arquitectónico? El chocolate caliente en su plaza fue el complemento perfecto.

Y en Ponferrada, el Castillo de los Templarios nos sumergió en historias de caballeros y misterios. (*Entrada: 6€, horario 10:00-14:00 y 16:30-20:30*).


Días 11-12: Ribeira Sacra – Los Fiordos del Sur

El Camping Os Invernadeiros fue nuestra base para explorar este rincón de Galicia. Los miradores de la Ribeira Sacra, como el Balcón de Madrid, ofrecen vistas que quitan el aliento. El río Sil serpentea entre cañones, creando un paisaje casi irreal.

El Monasterio de Santa Cristina, semienterrado entre viñedos verticales, es un remanso de paz. Y las Pasarelas del Mao, un paseo entre cascadas y bosques, fueron el broche de oro.


Días 13-15: Plasencia y los Pueblos con Encanto

Nuestro viaje terminó en Extremadura. Plasencia, con su catedral vieja y su mercado medieval, nos transportó al Medievo.

Robledillo de Gata, un pueblo de pizarra y calles laberínticas, nos hizo perder el sentido de la orientación, pero valió la pena. Y en Hervás, el Barrio Judío, uno de los mejor conservados de España, nos sumergió en siglos de historia.


Reflexión Final

Este viaje nos enseñó que no hace falta ir lejos para encontrar maravillas. El norte de España es un tesoro por descubrir: playas salvajes, montañas imponentes, pueblos con historia y una gastronomía que nos conquistó.

Y aunque las mascarillas fueron un incómodo compañero de viaje, nada pudo empañar la libertad de recorrer carreteras verdes, dormir bajo las estrellas y disfrutar de la compañía mutua en cada parada.

¿Y vosotros? ¿Tenéis algún rincón del norte que os haya conquistado?

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