1994 🇷🇺 Rusia

1994 🇷🇺 Rusia

Me gustaría nacer en todos los países, tener un pasaporte para todos que provoque el pánico de las cancillerías; ser cada pez en cada océano y cada perro en las calles del mundo.

Yevgueni Yevtushenko

Viaje a Rusia 1994: Una Luna de Miel Inolvidable

En septiembre de 1994, emprendimos nuestro primer gran viaje como pareja, una luna de miel que nos llevó a descubrir la majestuosidad de Rusia. Inicialmente, consideramos Egipto como destino, pero debido a recomendaciones de la agencia de viajes, optamos por explorar la rica historia y cultura de Moscú y San Petersburgo, una decisión que marcó el inicio de una experiencia inolvidable.

Día 1: Madrid-Barcelona-Moscú

El 12 de septiembre de 1994, partimos desde Madrid con una conexión en Barcelona hacia Moscú. El vuelo, operado por un avión algo anticuado, culminó con un aterrizaje que fue recibido con un espontáneo aplauso de alivio por parte de los pasajeros. En el Aeropuerto Internacional de Sheremétievo, nos encontramos con un ambiente característico de la Rusia postsoviética, con numerosos militares portando los tradicionales gorros ushanka. Tras completar los trámites de inmigración, llegamos al Hotel Cosmos, un imponente edificio construido para los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, con 1.800 habitaciones y un diseño que reflejaba la modernidad de su época. Esa noche, cenamos en la cafetería del hotel, donde el menú se limitaba a pizzas congeladas acompañadas de cervezas locales.

Día 2: Moscú (Kremlin, Metro y Río Moscova)

El segundo día comenzó con un imprevisto: olvidamos nuestra cámara fotográfica en España. En el hotel, adquirimos una cámara Kodak manual que se convirtió en la fiel compañera de este viaje. A las 9:00, iniciamos una visita panorámica por Moscú, la metrópoli más grande de Europa, conocida por su riqueza arquitectónica y espiritual, con iglesias, monasterios y cúpulas doradas que embellecen su horizonte.

Nuestra primera parada fue el Kremlin, una fortaleza que simboliza el poder histórico de Rusia. Accedimos a través de la Torre de la Trinidad, una de las 20 torres que componen las murallas rojas del complejo. En su interior, visitamos la Plaza de las Catedrales, donde destacan la Catedral de la Asunción, escenario de coronaciones y actos estatales; la Catedral de la Anunciación, templo privado de los zares; la Catedral de San Miguel Arcángel, panteón de la realeza rusa; y la Iglesia del Manto de la Virgen. También admiramos el Cañón del Zar, el más grande del mundo, y la Campana Zarina, una obra colosal que nunca llegó a sonar debido a un incendio durante su fabricación.

Por la tarde, exploramos el célebre Metro de Moscú, inaugurado en 1935. Sus estaciones, conocidas como “palacios del pueblo”, impresionan con sus andenes de mármol, estucos dorados, mosaicos y bajorrelieves. Diseñadas bajo el mandato de Stalin, muchas de estas estaciones fueron concebidas como refugios antinucleares. Cerramos el día con un relajante crucero por el río Moscova, una experiencia de dos horas que incluyó un espectáculo a bordo, brindándonos una perspectiva única de la ciudad.

Día 3: Moscú (Plaza Roja y Ballet «El Cascanueces»)

El tercer día nos llevó a la icónica Plaza Roja, diseñada a finales del siglo XV bajo el reinado de Iván III el Grande. Su nombre, derivado del término ruso krasnaia (que significa “bello” en el idioma antiguo), no alude al color de sus edificios ni al comunismo, sino a su esplendor histórico. La plaza está enmarcada por la muralla del Kremlin, los grandes almacenes GUM y la vibrante Catedral de San Basilio, construida por orden de Iván el Terrible para conmemorar la conquista de Kazán en 1555. La leyenda cuenta que el zar ordenó cegar al arquitecto para evitar que replicara su obra maestra.

Visitamos el Mausoleo de Lenin, donde el cuerpo embalsamado del líder comunista reposa desde 1924 en un ataúd de cristal, custodiado por militares en un ambiente solemne. También exploramos la Catedral de San Basilio, cuyos interiores deslumbran con sus cúpulas coloridas, y paseamos por los almacenes GUM, un elegante centro comercial. Intentamos adquirir artesanías locales en tiendas especializadas, pero encontramos mejores opciones en los mercados callejeros, donde el regateo era parte de la experiencia. Por la noche, asistimos a una representación del ballet El Cascanueces de Tchaikovsky en el Palacio de Congresos del Kremlin, una experiencia cultural inolvidable.

Día 4: Moscú (Serguiev Posad, Universidad Estatal y Tren Nocturno)

El cuarto día nos llevó a Serguiev Posad (anteriormente Zagorsk), a 70 km de Moscú, un destacado centro de la fe ortodoxa rusa. Este conjunto monástico, hogar del patriarca de la Iglesia Ortodoxa y del principal seminario del país, alberga museos con valiosas colecciones de iconos y objetos históricos. De regreso a Moscú, visitamos la Universidad Estatal de Moscú, fundada en 1755 por Mikhail Lomonósov, un símbolo de la educación superior rusa.

Por la tarde, paseamos por el bulevar de Moscú, adquiriendo recuerdos y una tarta para celebrar el cumpleaños de una compañera de viaje. Esa noche, tomamos un tren nocturno hacia San Petersburgo. La velada en el vagón-bar, compartiendo vodka con nuestro grupo, fue un momento de camaradería que dejó anécdotas imborrables.

Día 5: San Petersburgo (Iglesia del Salvador sobre la Sangre)

Llegamos a San Petersburgo a las 7:45, una ciudad fundada por Pedro el Grande que combina la grandeur imperial con un legado revolucionario. Conocida como Leningrado durante el asedio de 1941-1944, esta “Venecia del Norte” fascina con sus puentes, palacios y la emblemática Avenida Nevski. Visitamos la Iglesia del Salvador sobre la Sangre, construida en memoria del zar Alejandro II, asesinado en 1881. Su diseño neorruso, inspirado en la Catedral de San Basilio, destaca por sus mosaicos y una reja modernista diseñada por Alfred Parland.

Día 6: San Petersburgo (Museo del Hermitage)

El sexto día estuvo dedicado al Museo del Hermitage, uno de los más grandes y prestigiosos del mundo. Este complejo de palacios, que alberga cerca de tres millones de obras, nos sumergió en un recorrido por el arte y la historia. Sus salas, decoradas con opulencia, evocan un cuento de hadas, dejando una impresión imborrable.

Día 7: San Petersburgo (Pavlovsk, Peterhof y Regreso en Hidroala)

Optamos por una excursión a los palacios imperiales de Pavlovsk y Peterhof. El Palacio de Pavlovsk, residencia de verano de Pablo I, es famoso por su jardín de estilo inglés y su arquitectura íntima. Por su parte, Peterhof, a orillas del golfo de Finlandia, es conocido como el “Versalles ruso”. Sus jardines, diseñados por Jean-Baptiste Leblond e inspirados en Versalles, cuentan con fuentes, cascadas y pabellones como Montplaisir y Marly. En el Gran Palacio, visitamos el gabinete de Pedro el Grande, la sala de los retratos y los gabinetes chinos. Regresamos a San Petersburgo en hidroala por los canales del río Neva, una experiencia única. La cena en el hotel, amenizada por bailarines, dio paso a una celebración espontánea entre los viajeros.

Día 8: San Petersburgo (Fortaleza de Pedro y Pablo)

El último día visitamos la Fortaleza de Pedro y Pablo, cuya catedral, diseñada por Domenico Trezzini, es la necrópolis de los Romanov. Su campanario de 123 metros, coronado por un ángel dorado, es un ícono de la ciudad. La catedral destaca por sus colores vivos, su púlpito de influencia italiana y su carillón, que interpreta el himno de los zares. Por la tarde, nos trasladamos al aeropuerto para regresar a Madrid, cerrando un viaje lleno de historia, cultura y momentos inolvidables.

Conclusión

Nuestra luna de miel en Rusia fue una inmersión en un país de contrastes, donde la grandeza imperial se entrelaza con el legado soviético. Desde el Kremlin y la Plaza Roja hasta los palacios de San Petersburgo, cada día nos sorprendió con su riqueza cultural y su belleza arquitectónica. Este viaje, nuestro primer gran aventura como pareja, permanece en nuestra memoria como un capítulo inolvidable.


Nota del autor: Si planeas visitar Rusia, te recomendamos explorar tanto Moscú como San Petersburgo con tiempo para disfrutar de sus museos, palacios y mercados locales. Para más detalles sobre cómo organizar tu viaje, consulta recursos especializados o agencias de viajes. ¡Buen viaje!

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